viernes, 14 de julio de 2017

Notas: Don José de Tamanique




Ayer, mientras viajabamos en una micro local hacia el pequeño poblado de Tamanique, don José (la verdad no supe su nombre, pero así lo bauticé para este pequeño relato), un hombre de unos 80 años de edad, de piel morena, pelo negro aun, un gran lunar en su cara,  y de simpatica sonrisa, sin verguenza alguna,  con agradable desplante y con nostalgia en su agotado rostro, me fue contando algunas historias de su vida, algunos chistes, algunos solo para hombres, incluso un par de adivinanzas, unas fomes y otras que me sacaron una sincera sonrrisa.

Entre otras cosas, me decía que había tenido la fortuna de viajar en su juventud, que había sido camionero, y que recorrió todo centroamerica por su trabajo. Me intentaba mostrar por la ventana el "Peñón", un presunto cerro y mirador desde donde se podía observar todo el hermoso valle que en ese momento ibamos recorriendo en el microbus, aunque no logró dar con el objetivo debido a una avanzada ceguera que mas tarde me confesó.

"¿Cual es el unico animal que tiene dos cuernos, pero cuando ataca se quita uno?"

Entre risas, y poniendo atención a sus relatos, me señala que se debe bajar, y que en un par de kilometros mas, llegaría a mi destino. No hubo un adiós, ni un "hasta luego"...Por cosas de la vida, lo volví a encontrar, subió al bus que nos traería de vuelta desde Tamanique, varias horas mas tarde. No me reconoció, no hubo un saludo, se sentó frente a mi puesto, saludó a la niña que sería su acompañante de viaje por algunos cuantos minutos, pero a ella no le importó, no lo miró, y evitó continuar la conversación. No tuve la suerte de escuchar denuevo sus historias, pero pese a eso, con estas pocas lineas le doy las gracias, porque soy un convencido de que los lugares los hacen las personas, y Tamanique, en el futuro lo recordaré no solo por sus lindas cascadas, si no por las historias de don José.

Ahora. Los flashes del cielo avisan de una inminente tormenta mientras la voz de la Gaby, su guitarra y el retumbar de las olas le dan a esta tibia tarde la melodía perfecta para despedir esos ultimos rayos de sol, que se visten de rojo para dejarnos un lindo recuerdo de la costa Pacifica de El Salvador, de la playa El Tunco especificamente, esa que los surfistas locales de teñidas cabelleras amarillas, eligieron probablemente para pasar el resto de sus días.





Pd: Es el toro. Lo que canta la Gaby creo se llama Casualidad (del chileno Nano Stern). Cuando estoy terminando de escribir estas lineas, la lluvia comienza a azotar sin piedad el techo del refugio/camping donde instalamos nuestras carpas, no les podría describir como caen esos rayos y nos dejan su fuerte estruendo.

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